Seguidores;D

martes, 7 de agosto de 2012

3msc


De algo estoy seguro. No podrá quererla como la quería yo, no podrá adorarla de ese modo, no sabrá advertir hasta el menor de sus dulces movimientos, de aquellos gestos imperceptibles de su cara. Es como si solo a él se le hubiera sido concedida la facultad de ver, de conocer el verdadero sabor de sus besos, el color real de sus ojos. Ningún hombre podrá ver nunca lo que yo he visto. Y él menos que ninguno. El, real, cruel, inútil, material. Se lo representa así, incapaz de amarla, deseando solo su cuerpo, incapaz de verla verdaderamente, de entenderla, de respetarla. El no se divertirá con esos tiernos caprichos. El no amara incluso su mano pequeña, sus uñas comidas, sus pies ligeramente regordetes, aquel diminuto lunar escondido, aunque no tanto, a fin de cuentas. Puede que lo vea, si, que terrible sufrimiento, pero nunca será capaz de amarlo. No de aquel modo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario